Whitney Malin, una voluntaria en el rescate de animales que trabaja en South Orange, Nueva Jersey, encontró un gatito que requería de una ayuda sumamente especial.
La tímida gatita atigrada gris se había quedado atascada, no se sabe cómo, en un recipiente de plástico y era urgente que alguien la ayudara a salir del aprieto. Sin embargo, Whitney estaba dispuesta a ir más allá.
Este precinto plástico rodeaba todo el cuerpo de esta pobre gatita
No solo era importante atrapar a la gatita para quitar el plástico de su cuerpo, también era necesario hacer todo lo posible por ofrecerle una vida mejor, lejos de los inconvenientes de vivir en las calles.
Whitney estaba dispuesta, pero la gatita en apuros no estaba del todo decidida a colaborar. Ella era muy tímida y no le agradaba mucho la idea de que un humano se acercara demasiado. Sin embargo, la voluntaria no iba a quedarse de brazos cruzados.
A pesar de ser tímida, la gatita demostró ser muy agradecida y dulce
Whitney empleó una jaula en el área donde la gatita deambulaba. Esperó con suma paciencia hasta que la chiquilla cayó en la trampa y, felizmente, supo que el primer paso hacia su recuperación ya estaba dado.
Cuando la gatita estuvo más tranquila luego de su captura, Whitney procedió a librarla del plástico que rodeaba su cuerpo. Por fortuna, ella estaba completamente ilesa. No había cortes o lesiones en la piel, así que su atasco en ese contenedor de plástico no pasó de un buen susto.
Josie tuvo la suerte de ser rescatada justo a tiempo. Mira cómo la ayudó Whitney
Libre al fin, era el momento de que Josie, como decidieron bautizar a esta chiquilla, se relajara en una habitación cómoda y tibia.
Después de un largo día, la gata pudo dormir a sus anchas, con la tranquilidad de saber que nada la amenazaba.
Josie es muy receptiva al afecto y a los cuidados
Aunque el contenedor de plástico no había causado lesiones en el cuerpo de Josie, Whitney quería cerciorarse de que su salud estuviera bien.
Fue llevada al veterinario algunos días más tarde y, como era de imaginarse, estaba falta de peso.
Era evidente que su vida en las calles había sido un problema para su desarrollo y alimentación.
Por suerte para Josie ya comenzaba a acostumbrarse al afecto y a las atenciones de sus humanos y contaba con buena comida y un lugar perfecto para dormir.
Josie aún se espantaba un poco ante la presencia de los humanos y prefería buscar lugares para esconderse una vez más que otra, pero con la paciencia de sus padres adoptivos y el amor que estaban dispuestos a ratificarle, las cosas comenzaron a cambiar.
Gracias a su rehabilitación, Josie estará lista para encontrar el hogar perfecto muy pronto.
Una vez fuera de las calles, Josie está lista para una vida distinta
La historia de Josie no solo nos hace reflexionar sobre los peligros que viven las mascotas en las calles, también los inconvenientes que pueden causar a los animales los desechos humanos. Comparte esta noticia y divulga este caso entre tus amigos.