Si hay alguien que sabe lo mal que se está en las calles, es Banzé. Él era un perrito sin hogar hasta que una persona se encargó de darle una segunda oportunidad y lo adoptó. Esa persona especial fue Ilse Simone Petersen Gotzo.
El perro vivía en las calles de São Paulo en Brasil, hasta que Ilse decidió que daría a este animal los cuidados y el amor que necesitaba. Lo que posiblemente su dueña nunca imaginó, es que Banzé encontraría la forma de multiplicar este amor algún tiempo más tarde.
Banzé se dedicó a cuidar con mucho celo de sus pequeños amiguitos
A pesar de tener un hogar, Banzé aún sale de casa y recorre las calles de su comunidad. Seguramente fue en una de sus aventuras que el perro se percató de que alguien más necesitaba ayuda y decidió hacer algo al respecto.
Banzé descubrió en un tiradero de basura una caja. La caja contenía algo muy especial: se trataba de una camada de gatitos que había sido arrojada a las calles. El perro se encontraba cerca del barrio Jardim Aeroporto, en la ciudad donde vivía con su dueña.
El perro comenzó a oler la caja con mucha atención. Para poder sacar a los pequeños de este atolladero, debía primero abrir el recipiente donde habían sido arrojados.
Lo hizo, con suma delicadeza. Fue entonces cuando procedió a tomar a cada chiquillo y comenzó a trasladarlos, uno a uno a su casa.
La labor de Banzé le tomó algunos minutos y el perro no descansó hasta que cada gatito estuviese a salvo del basurero. Una vez reunió a todos los huerfanitos en casa, el perro se dispuso a cuidarlos.
Estos hermosos gatitos se salvaron justo a tiempo de un destino incierto
Parecía como si el instinto paternal de Banzé le dijera lo que tenía que hacer. Por fortuna para él los gatitos ya estaban creciditos y lucían bastante saludables.
Al menos no tenían lesiones ni infecciones aparentes. Fuera del basurero y en un lugar seguro, tendrían muchas oportunidades de salir adelante.
Lo que más sorprende a Ilse de la iniciativa de su amado Banzé es ver cómo él, de alguna manera, se encargó de rescatar de las calles a estos pequeños, tan necesitados de ayuda como lo estuvo él en su momento.
Definitivamente Ilse tuvo que reconocer que las mascotas tienen formas de actuar impredecibles y maravillosas. Su buen Banzé no solo tiene un corazón enorme, también sabe cómo agradecer y multiplicar su buena suerte, ayudando a otros necesitados.
Banzé demostró que es un perro agradecido y de gran corazón
Para que otras personas conozcan la sorprendente iniciativa de Banzé, comparte su acción en las redes sociales.