Dejar a una mascota a su suerte en las calles, es casi una sentencia para su bienestar y su felicidad. Algunos cuentan con la suerte de encontrarse con alguien en su camino que cambie sus vidas, otros tantos no reciben esta oportunidad jamás.
Tiny fue un rottweiler que fue dejado a su suerte en las calles de Taiwán. Pronto el animal adquirió una sarna demodéctica realmente molesta y dolorosa.
El animal no solo perdió todo el pelo, también comenzó a manifestar severas lesiones. Por si fuese poco, estaba muy demacrado.
El refugio que se encargó de rescatar a Tiny de las calles no lo tendría consigo demasiado tiempo.
Era una de esas instituciones que tiene la política de aplicar la eutanasia en ciertas mascotas y el rottweiler no sería la excepción.
Fue entonces cuando Sean McCormarck de The PACK Santuary decidió ir en busca de Tiny cuanto antes. Antes de retirar a la mascota le advirtieron que era un animal sumamente agresivo, pero Sean quería comprobarlo por sí mismo. De algún modo pensó que su irritabilidad podía ser consecuencia del dolor de sus lesiones.
Lo primero que hizo Sean cuando Tiny llegó a The PACK Santuary fue brindarle la atención médica necesaria. El perro estaba deprimido y demacrado, pero ellos no perdían la esperanza de sacar adelante a este caso tan delicado.
Los miembros del refugio creyeron que se trataba de un Mastín al ver su apariencia, pero poco a poco se dieron cuenta de cuál era realmente su raza. Leila Pereira, una de las voluntarias del santuario, fue la primera en enamorarse con locura de Tiny.
Poco a poco el perrito, que parecía que había renunciado a la vida, comenzó a brillar y a robarse los corazones de todas las personas que lo acompañaban en su proceso de sanación.
Leila, la principal interesada en él, hasta se mudó a un departamento más grande para llevarse al perro consigo.
La transformación de Tiny fue tan sorprendente, que el caso del perro fue reconocido por la RSPCA en Gran Bretaña durante los Premios Ruff del 2014, el año en que este rottweiler fue rescatado.
Ganó el premio al «Gran Campeón de Ruffs 2014”, gracias a una votación unánime que se llevó a cabo de forma online.
Sean no podía creer que ganaran tan importante reconocimiento. Tomó el premio como ejemplo a todas esas instituciones que rescatan a perros y que eventualmente deciden sacrificarlos.
Mientras un animal tenga ganas de luchar, no hay razones para negarles el derecho a la vida. Este perrito, por el que nadie hubiese apostado hace 5 años, es ahora un chico grande, saludable, fuerte y feliz.
Si te sorprende tanto como a nosotros la transformación de Tiny, no dudes en compartir su historia en las redes sociales.