Katelyn Harding de verdad no tenía intenciones de sumar un nuevo perro a su familia, o al menos eso pensaba el día en el que fue a visitar a una buena amiga. Al llegar a su casa, se dio cuenta de que en ella había un pit bull de casi 4 años.
La perrita estaba escondida detrás de una jaula. Era evidente que estaba muy atemorizada por la presencia de Katelyn y su amiga la previno. Le sugirió que no se acercara a la mascota, pues era bastante asustadiza. Era preferible esperar a que ella tomara la iniciativa, si es que lo hacía.
Sage tenía graves problemas para relacionarse con las personas
La buena amiga de Katelyn había encontrado a Sage en muy malas condiciones. La mascota estaba deambulando por las calles y estaba sencillamente aterrada. Además de estar muy flaca y llena de parásitos, ella temía de todo y de todos.
Sage tenía ya tres años de haber sido rescatada de las calles. A pesar de que sus días de abandono habían concluido, su temor y recelo hacia las personas no habían sido superado del todo, o al menos eso creían ellos.
La conexión de Sage y Katelyn fue inmediata
Katelyn estaba sentada en el sofá haciendo caso de las instrucciones de su amiga e ignorando a Sage, cuando se sorprendió de sentir a la perrita muy cerca de ella.
La pit bull se subió sobre el sofá y no conforme con eso, depositó la cabeza sobre el regazo de esa desconocida. Ahí se quedó dormida y Katelyn la amó de inmediato.
En ese momento ella no tenía ni las más remotas intenciones de adoptar a una mascota. Tenía en casa a un Standard Poodle de 13 años de edad que necesitaba de mucho cariño y atención, pues su salud estaba bastante delicada. Sin embargo, ¿cómo ignorar a Sage?
Katelyn decidió que no dejaría pasar la oportunidad de tener a Sage en su vida. Fue entonces cuando decidió llevarla consigo. Tuvo que ponerla al cuidado de un veterinario para que recuperara por completo su salud, pero la odisea valió la pena.
Esta mujer sabe que el viaje desde que Sage fue rescatada de las calles, hasta que se convirtió en una perrita de casa, completamente tranquila y amorosa, fue realmente una odisea, pero valió la pena cada minuto invertido en esta cruzada.
Definitivamente, la salvación de Sage tuvo mucho que ver con la conexión que la mascota y esta mujer establecieron, así como con el amor que desinteresadamente recibió de Katelyn.
Sage tiene ahora a una familia genial, compartiendo con perros y humanos
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