Kinta tiene muchos motivos por los que sonreír en estos momentos. Pero no siempre fue así. En verano del 2010 encontraron a Kinta acostada en el cofre de un auto…
Michelle Proctor, de 32 años de edad y enfermera de una sala de emergencias, vio a Kinta encima del auto del vecino.
Al principio pensó que se trataba de un gato, pero después de fijarse bien se dio cuenta de que se trataba de un canino. Nadie sabe como Kinta, de 12-18 meses de edad, terminó ahí.
Ella se dio cuenta de que la perrita no había comido desde hacía varios días, así que le llevó comida y agua. La llevó a un veterinario y se dieron cuenta de que no tenía microchip.
Comenzaron a buscar a su familia poniendo varios avisos. Después de dos meses nadie la reclamó y probablemente era una cría rechazada de algún criadero ya que tenía una malformación (no tenía pezones), así que Michelle decidió que Kinta se convertiría oficialmente en parte de la familia.
Kinta ahora tiene unos 8 años de edad y le encanta hacer reír a su familia con sus extrañas sonrisas
Michelle dijo que la rara sonrisa de Kinta es algo que ella aprendió
«Ella hacía esa cara cuando era culpable de comerse la comida de la mesa, pero cuando nosotros veíamos esto, la abrazábamos porque era muy linda y adorable. Con el tiempo ella sabía que hacer esa cara significa que la vamos a abrazar y a consentirla».
Otras cosas que le gustan a Kinta es la atención, el queso, ir a la casa de la abuela y ser el perro que cuida el vecindario. Lo que no le gusta son los autobuses escolares y la gente que corta el pasto.
Aparte de sus padres, Kinta tiene a una hermana mayor, una gata llamada Honey, tres cuyos más pequeños que ella llamados Smore, Lemon y Noodles y por último su hermano mayor
Su hermano mayor se llama Kilo y ellos dos sí que hacen el dúo dinámico 😀
Ahora lo próximo en la vida de Kinta es un bebé humano en camino. Así que sus habilidades de perro guardián tendrán que mejorar 😉
¡Qué bonita historia la de Kinta! Tuvo la oportunidad que merecía y en los peores momentos de su vida un ángel le salvó la vida 🙂
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