A ningún trabajador le gustaría que algo entorpezcan su trabajo, menos aún si el asunto se trata de una intromisión a tal grado que pueda reportarle perdidas. Saber que tienes un ladrón detrás de tus productos será siempre algo de muy mal gusto pero no en todas las circunstancias podrá actuar la policía y toca resolver el asunto de las formas más ingeniosas.
Al menos así lo ha consideraro Ibrahim Sedef, un apicultor que cansado de lidiar con los ladrones decidió unirse a ellos.
La verdad es que los ladrones que tomaban los productos de Ibrahim son poco comunes pero bastante traviesos e inteligentes. Eran unos osos que entraban cada noche a la propiedad del hombre en la provincia de Trabzon, en el noreste de Turquía.
Su miel parece ser el plato favorito de estos peludos y por más obstáculos que él ingeniara para evitarlo o espantarlos, los animales siempre se salían con la suya.
Por ese motivo, el sujeto decidió aplicar ese dicho que reza “si no puedes con el enemigo, únetele” y el resultado ha sido un trabajo en cooperación bastante ingenioso y divertido para todos.
El hombre ha hecho de sus nuevos socios unos catadores exclusivos de sus productos.
Estos adorable gigantes tiene una debilidad por la miel de los panales del hombre, por eso habían hecho de todo para conseguirla.
Sedef intentó resguardar el producto en jaulas de acero pero los animales las derribaron. Después intentó resguardar los panales sobre cemento pero los osos cavaron alrededor del suelo hasta que lograron volcarlo.
Estos amigos trepaban hasta los árboles, si es que el hombre intentaba poner la miel fuera de sus alcances.
Sedef finalmente aceptó que el asunto era una batalla perdida, los animales harían todo por encontrar la miel. Ahora no sólo son socios, sino que los hizo todo unos expertos y su experimento le ha dado fama a su producción.
El hombre decidió dejar la miel libre para que los osos pudieran deleitarse pero esto no sería gratis, así que decidió registrar y hacer de su prueba de catadores de miel todo un espectáculo que está divirtiendo a todos en las redes.
¿Quién puede saber más de miel que un oso hambriento. Sólo mira el vídeo y prepárate para descubrir la miel más pura, gracias al exquisito paladar de esta criatura.
“Después de todos los problemas que tuvieron al escalar ese árbol, los dejaré. Lo prometo, de ahora en adelante los alimentaré. A pesar de lo que sucedió, cuando veo los momentos grabados, olvido todo el daño que me causaron y los amo”, comentó el apicultor.
Ahora este hombre está fascinado con sus nuevos ayudantes que lograron ganarle no sólo su miel, sino su corazón. Nos alegra que el espíritu generoso de Ibrahim lo haya impulsado a resolver su “pequeño problema de osos” de una forma amable y cordial para todos, un gesto que más de uno debería aprender.
Comparte esta nota y recuérdales a tus amigos que los animales no son ningunos intrusos, ellos son parte del mundo y lo mejor es saber convivir con ellos.