Para nadie es un secreto que soportar fuertes olas de calor puede traer graves consecuencias si no se toman las medidas necesarias. Si muchas personas se ven afectadas por las altas temperaturas, imagínense un perrito callejero que no puede pedir ayuda y está a merced de la voluntad de personas de buen corazón que saben que está padeciendo sin un lugar donde descansar ni hidratarse.
La temperatura media de un perrito es de 39 grados.
Hace poco, Adolfo Pazzi Ahumada, del norte de México, fue testigo de la demostración de amor más pura y sincera que alguien pudo realizar con un perrito sin hogar.
El hombre se dirigió a una tienda después de notar que se le habían agotado algunos suministros de su despensa. Ahumada decidió salir de la comodidad de su casa y enfrentar la temperatura de 60º C para hacer una compra rápida en el supermercado local más cercano.
En un día caluroso la temperatura de un perrito puede superar los 42 grados.
Cuando llegó a la tienda notó que un perrito callejero estaba siendo alimentado por un empleado. Ahumada, curioso decidió preguntar sobre el perrito al joven que ayudaba al canino. El adorable peludito llegó en busca de ayuda después de que su dueño lo abandonara en la parte de atrás de la tienda, los empleados decidieron darle agua, comida y algunos juguetes que entre todos compran para que el perrito se divierta mientras ellos trabajan.
Los perros no arrojan el sudor por la piel sino por la almohadilla de las patitas.
El empleado comenta que lo dejaron entrar porque la temperatura afuera es muy elevada y se sentirían mal si le llegara pasar algo al perrito. Después de todo parece estar mucho más feliz que cuando llegó. Ahumada recorrió la tienda y se fijó que el perrito descansaba cómodamente en uno de los pasillos de la tienda. Por fin, había encontrado un lugar donde las personas demostraban interés por él.
En las olas de calor un perrito puede sufrir de hipertemia elevando su temperatura corporal drásticamente.
El perrito ha demostrado ser muy amable con los empleados y clientes. La tienda espera que algún día llegué un comprador y desee adoptarlo. Ahumada lamenta no poder ser esa persona, pero confía que pronto alguien pueda ofrecerle un verdadero hogar. Por ahora el perrito sigue disfrutando de las atenciones de los empleados hasta que llegue el día de irse con su nueva familia.
Anímate y sé parte de los que dan amor a los más vulnerables, comparte la nota y realiza una causa justa por las perritos callejeros.