Muchas personas nos cuentan que cuando conocieron a sus mascotas fue amor a primera vista. Para Heinze Sanchez la historia es un poco diferente. Un video muestra el momento en que el joven se encontraba tranquilamente sentado en una calle mientras revisaba su teléfono.
Heinze vive en la ciudad de Río de Janeiro en Brasil.
Todo parece estar completamente normal hasta que un perrito de la calle se acerca a él, lo huele durante unos segundos y luego se dispone a hacer pis en la espalda de Heinze. En cuanto se da cuenta de lo sucedido, Heinze se levanta y queda evidentemente molesto. Nadie se imagina que un perrito haga algo tan inesperado, así que trató de asustarlo antes de que quedara completamente empapado.
El video fue captado por una cámara de seguridad de la zona.
Para su camiseta, sin embargo, fue demasiado tarde. Estaba mojada y se la tuvo que quitar mientras otro perrito de la calle se acercó para averiguar qué estaba sucediendo. En cuanto el video se volvió viral muchas personas realizaron fuertes críticas a Heinze por haber reaccionado de esa manera.
Heinze tiene actualmente 27 años de edad.
Él, por suerte, demostró que tiene un corazón mucho más grande. En las imágenes se puede ver que el asustado perrito huye y se queda viendo a Heinze desde la distancia de una manera tan tierna que él simplemente no lo pudo olvidar.
“Es muy dócil. Nunca se separa de mí y llora cuando tengo que irme de casa. Es un perro muy bueno”.
Al día siguiente no podía dejar de pensar en el curioso perrito así que volvió a la calle en donde se habían conocido. En cuanto lo encontró, se dirigió a él moviendo felizmente la cola y se dispusieron a jugar por un buen rato. Sanchez no lo pensó más y lo llevó consigo a casa.
Heinze preguntó a personas de la zona si sabían de quién era el perro, pero parecía que el pequeño vivía solo en las calles.
Ahora, el dulce perrito se llama Enzo, y parece que algo dentro de sí le dijo que aquel era el humano perfecto para hacer pis. Ahora, este pequeño cuenta con una familia, comida y siempre está aseado. Heinze todavía visita al otro perro que se acercó cuando él estaba muy molesto con Enzo y le da un poco de comida.
“Siempre me gustó el nombre de Enzo para mi primer hijo”.
No hay duda de que esta historia nos demuestra que todos los perritos se merecen una segunda oportunidad. Heinze y Enzo no comenzaron como mejores amigos y no tenían idea de la enorme amistad que lograrían forjar, pero ahora todo ha cambiado.
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