Quisiéramos que todos los animalitos del mundo pasen sus días junto a dueño amorosos, lejos de la injusticia, el desamparo y la negligencia. Pero no siempre sucede así, y sus destinos son realmente desoladores.
Stitch es una gatita que, como muchos otros animales, tuvo una pésima experiencia al encontrarse con la crueldad de algunos criadores de animales. Cuando la gatita, que es una Sphinx, nació, tuvo una ligera lesión en uno de sus ojos.
La infección era bastante simple y se hubiese sanado en muy poco tiempo con un tratamiento de algunos días, pero el criador lo dejó pasar y las cosas empeoraron. Cuando finalmente fue demasiado tarde, la llevó al veterinario y allí resolvieron extraer el ojo para salvar su vida.
Stitch fue víctima de los cuidados irresponsables de criadores crueles
Entonces, el criador que había tenido a Stitch desde su nacimiento, decidió abandonarla en un albergue, pues con su condición, ya no le serviría para poder sacar una buena suma de dinero de su venta.
Phoebe Gill, una chica de 24 años, vio una foto de Stitch en las redes sociales. Al conocer la historia de esta gata sin pelo de un solo ojo, se enamoró de ella de inmediato y supo que tenía que adoptarla cuanto antes.
En Phoebe encontró el amor que tanto estaba necesitando
Después de mudarse a la casa de Phoebe, Stitch necesitaba no solo acostumbrarse a su nueva vida sin un ojo, sino que tenía que adaptarse a su nuevo hogar y familia. Sin embargo, el único problema era que la chica tenía a alguien más en casa: Alaska, su perro bull terrier, que de verdad da miedo.
Entonces, Phoebe estaba preocupada acerca de cómo el gatito se la llevaría con su bull terrier y cómo aquel perro grande y refunfuñón recibiría a la nueva miembro de la familia.
Phoebe fue una chica afortunada. No solo tuvo la oportunidad de adoptar a una gatita amorosa y especial, sino que Alaska también quedó cautivado por los encantos de Stitch. Desde su primer día juntos, las dos mascotas se volvieron inseparables.
Ahora no solo es Alaska el que sigue a Phoebe a cada rincón de su casa. Stitch también se ha sumado a la pandilla. Comen juntos, duermen juntos, juegan juntos… no hay un instante en el que estén separados el uno de otro.
Alaska amó a Stitch desde el primer momento
Esta joven esta orgullosa de haberle brindado a Stitch esa segunda oportunidad que cualquiera merece.
Sabía que por su condición, era difícil que una gatita de sus características encontrara el hogar perfecto, pero todo salió mejor que como cualquiera se lo hubiera imaginado.
Ahora Stitch no solo tiene una dueña amorosa que la acepta tal cual es, también tiene a un compañero perruno que la acompaña y la hace sentir segura y querida.
¿Acaso cabe alguna duda de cuánto se adoran estos dos?
Si tú también fuiste cautivado por este dúo, recuerda que todos los animalitos son especiales y merecen una vida llena de amor y respeto.