Sue Haworth, una policía retirada de 53 años, ha invertido junto a su esposo Richard la cantidad de 12 mil dólares en la construcción e instalación de una estructura gigante en forma de jaula que han denominado “Catio”, un sitio seguro de juegos y diversión para sus cuatro gatos.
Desde agosto del año pasado, el Catio se ha convertido en el refugio perfecto de Chlóe, Freddie, Millie y Floyd, el cuarteto felino que accede al armatoste a través de una serie de rampas y marcos que permiten a las mascotas subir a la parte superior.
Pero, aunque suena absolutamente increíble esta idea para gatos, y sin duda es un paraíso total para estos traviesos de entre 11 y 20 meses de edad, varios vecinos han denunciado en el Consejo local a la pareja, argumentando que el armazón de casi cuatro metros de altura es una “monstruosidad” no apta para permanecer en el área, ya que impide el libre tránsito y la visibilidad a los automovilistas.
Debido a esto y en respuesta a estas reacciones, los funcionarios del Consejo Kirklees en West Yorkshire, Inglaterra, han emitido una orden salomónica para que Sue y su esposo soliciten un permiso, o de lo contrario, retiren la jaula.
Desafortunadamente, la solicitud de la pareja para mantener la jaula fue rechazada, lo que significa que Sue y Richard tendrán que apelar al caso. Por su parte, Sue está convencida de que esta mantiene a los animalitos a salvo de los posibles daños que pudiera ocasionarle la vida a la intemperie.
“La obra está diseñada como un lugar para que nuestros gatos jueguen de manera segura. Los mantiene alejados de la carretera. Y hay un par de gatos acosadores en el área de los cuales mis gatos no podrían defenderse”, dijo la mujer.
Además, la expolicía dejó en claro que la construcción del recinto no fue cualquier cosa. Supuso mucho gasto de tiempo, dinero y esfuerzo y que con ello no intenta molestar a nadie; su deseo es vivir en paz y que sus gatos vivan felices.
Los gatitos necesitan un sitio seguro donde jugar
“No queremos molestar a nadie, solo queremos vivir una vida tranquila y que nuestros gatos sean felices. Realmente aman el espacio, hay muchas cosas con las que pueden jugar”, aseguró la mujer.
Las denuncias comenzaron a llegar en enero de este año con posiciones tan contrarias, que alegaban incluso que la presencia de la construcción depreciaba el valor de las propiedades aledañas.
“Tanto yo como mi esposo sentimos que la jaula del gato es una monstruosidad y de alguna manera devalúa otras casas en la zona”, declaró una residente.
Por su parte, Sue insiste en que solo se trata de unas pocas personas en contra de la jaula, ya que a la mayoría de los vecinos les parece una excelente idea y aseguran que esta es más bien una práctica responsable en la crianza de mascotas. No obstante, la petición de remoción ya ha sido firmada por más de 20 personas.
Confiamos en que esta amorosa pareja pueda continuar cuidando tan bien de sus felinos, para seguir siendo la hermosa familia protectora que son. Nuestros mejores deseos están con ellos.
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