Está tan demacrada y raquítica que a sus 70 años de edad se le pueden ver a través de la piel todas sus costillas. Su esquelético cuerpo es la muestra de todo el sufrimiento y trato sin piedad durante años tras haber sido obligada a desfilar ocultando su estremecedor estado bajo un traje elegante de fiesta, en un evento religioso.
Tikiiri es el nombre de esta inocente anciana que junto a 60 elefantes desfilará para el Festival de Perahera, en Sri Lanka, este año.
Para sus «cuidadores» ni su lamentable estado es causa para perdonarle y tendrá que una vez más ser parte del «show» en un festival budista.
El evento dura 10 días y muestra a los paquidermos llenos de luces y decoraciones junto a una lluvia de artistas, que incluyen bailarines, malabaristas, socorristas y músicos.
Las desgarradoras imágenes de Tikiiri fueron difundidas por la Fundación «Save Elephant«, con ocasión del Día Mundial del Elefante, el pasado lunes.
En cuestión de minutos la reacción de las redes no se ha hecho esperar. Lágrimas de dolor y de impotencia han brotado de cientos de personas que con un mínimo de sensibilidad, no pueden seguir tolerando esta maldad supina.
Es por eso que se ha levantado una petición en Change.org con el fin de recoger firmas para pedir al Gobierno que esto cese ya. Puedes enterarte de su contenido y firmar tú también aquí.
Es desgarrador que mientras Tikiiri luce majestuosa para agradar a su público, por debajo se oculta la realidad más estremecedora.
“Nadie ve su cuerpo huesudo o su condición debilitada debido a su disfraz. Nadie ve las lágrimas en sus ojos, lastimados por las luces brillantes que decoran su máscara. Nadie ve su dificultad para caminar, ya que sus piernas están encadenadas mientras camina”, se puede leer en la petición.
“Se une al desfile todas las noches hasta altas horas de la madrugada, durante 10 días consecutivos, en medio del ruido, los fuegos artificiales y el humo. Camina muchos kilómetros todas las noches para que la gente se sienta bendecida durante la ceremonia”, continúa el texto.
Pero Lek Chailert, directora de Save Elephant Foundation, invitó a reflexionar sobre la incoherencia más grande:
“Todos tienen derecho a creer siempre y cuando esa creencia no perturbe ni dañe a otra. ¿Cómo podemos llamar a esto una bendición, o algo sagrado, si hacemos sufrir a otras vidas?”, sentenció.
Un portavoz de la fundación imploró a todo el mundo que leyera su comunicado que escribiera al Primer Ministro de Sri Lanka para de una vez por todas acabar con esta crueldad.
Hasta el momento, la petición acumula casi 6.500 firmas.
«No podemos traer un mundo pacífico al elefante si todavía creemos que esta imagen es aceptable», concluyen.
No podemos permitir que este tipo de atrocidades sigan sucediendo en pleno siglo XXI. Comparte esta noticia para que llegue a todos los rincones y entre todos sumemos nuestro granito de arena levantando la voz por los que no la tienen. ¡Basta ya!