Una nueva y polémica ley mal llamada de «bienestar animal» pretende instaurarse en México, desatando la ira de miles de organizaciones animalistas, activistas y la población en general, que ha salido el pasado domingo a las calles a una multitudinaria marcha en señal de protesta.
En distintas ciudades se pudieron ver imágenes y carteles con contundentes frases en contra de los malos tratos hacia los animales.
La ley, entre otras cosas, pretende regresar los antirrábicos, legalizar el poder acabar con la vida de animales en situación de calle, las luchas de perros y de gallos, los sacrificios para rituales, los circos con animales y proteger la tauromaquia, encerradas y la charrería.
Es algo que ha sido criticado por muchos, ya que sería un retroceso enorme porque eliminaría los logros que durante años se han conseguido en México a favor de los animales: reconocer a los animales como seres sintientes, estipular en el Código Penal los malos tratos a los animales, sanciones administrativas por ello, etc.
Se trata de la Ley General de Bienestar Animal, impulsada por los diputados José Guadalupe Ambrocio Gachuz y Martha Olivia García Vidaña, de la bancada de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
De aprobarse, los animales regresarían a los circos, algo que consiguió prohibirse desde el año 2015.
Voceros de diversas organizaciones animalistas han comparecido ante los medios para desvelar los grandes vacíos y contradicciones que se amparan en la ley.
Ethel Frida Herrejón Villa, de Un Millón de Esperanzas, ha dicho públicamente que la ley deja cabos sueltos para que cualquier clase de animal sea utilizado en todo tipo de espectáculos y actos públicos y privados deportivos y de entretenimiento, incluyendo los circos.
Además, se cambiaría el estatus de los animales de seres sintientes a bienes susceptibles.
Aunque la ley no desconoce a los animales como seres sintientes, señala las obligaciones de los dueños como «propietarios y poseedores» de animales.
Por otro lado, los refugios y albergues pasarían a ser «lugares de sacrificio».
«La eutanasia está permitida cuando el número de animales exceda la capacidad de operación del centro», reza un artículo de la ley.
Los activistas, por su parte, sostienen que aunque hay una sobrepoblación de perros y gatos de 30 millones en la Ciudad de México, hay muchas otras soluciones antes de acabar con su vida, como la esterilización y la adopción.
Muchos aseguran que el proyecto sólo responde a intereses económicos, después de que las empresas circenses, por ejemplo, declararan sus enormes pérdidas tras la prohibición de animales en los circos.
«El progreso de un país puede ser medido en la manera en la que tratan a sus animales. Por eso exigimos a las autoridades de la ciudad y a nivel federal que no voten dicha iniciativa, y que se haga una ley que verdaderamente cuide a los animales», dijo Ethel Herrejón Villa durante la marcha.
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