El caso de un perrito que estuvo sujeto a injustos tratos por parte de su dueña, en Saavedra, un barrio en el extremo norte de Buenos Aires, Argentina, llenó de indignación al país entero.
El pobre animalito permanecía a la intemperie, encerrado en el patio de una vivienda, sin comida, ni agua.
Se podía ver su plato que alguna vez tuvo comida; sus costillas visibles sobre su delgado cuerpecito eran la prueba más patente del estado de inanición en el que se encontraba.
«El perro está en una situación crítica y lo están dejando morir. Esto viene hace rato. Nosotros hicimos la denuncia, pero las autoridades dijeron que la orden de allanamiento iba a tardar en llegar», dijo un vecino lleno de impotencia ante los hechos. «Intentamos hablar con la dueña de la mascota, pero ella no quiere saber nada con nosotros. Le tocamos el timbre y no sale», agregó.
El inocente peludito que le tocó la peor humana como dueña, se llama Bubby.
Después de que un vecino empezara a alimentarlo por su cuenta desde su balcón y en vista de que la orden de allanamiento no llegaba, difundió las fotos en las redes donde se viralizaron al minuto.
Asociaciones animalistas y cientos de vecinos indignados decidieron presentarse frente a la vivienda ubicada sobre la calle Freire al 4100, y montaron una guardia perenne en el lugar para así presionar a las autoridades.
De hecho, el sábado pasado pegaron carteles y algunos hasta pintaron la puerta del domicilio con la leyenda: «No a los malos tratos a los animales».
Los mismos oficiales de policía habían accedido a ir hasta el lugar para tratar de hacer algo, pero mientras no tuvieran la orden de allanamiento, lamentablemente no podían hacer nada.
Mientras tanto, las redes se movilizaron, decenas de animalistas pernoctaban en las afueras para darle otro destino al pequeño Bubby. Frente a esta situación, la desalmada mujer insistía en no abrir su puerta.
Llegó un punto en que todos los activistas rompieron a llorar porque temían seriamente por la vida del perrito, y no sabían si hasta había más animales dentro. Todo era incierto.
Pero finalmente, tanto esfuerzo dio resultado. La Justicia actuó como debió haberlo hecho desde un principio, y después de que se armó un cordón policial, dos activistas irrumpieron en el domicilio de la mujer el pasado lunes por la noche para detener a la dueña y rescatar a Bubby.
Momentos de especial emoción se vivieron en las inmediaciones de la calle, donde decenas de vecinos permanecían atentos al desenlace del rescate.
El silencio que imperaba en el lugar era impresionante, de común acuerdo decidieron no emitir ningún sonido para que en el momento en que fueran liberados el o los animalitos no se traumatizaran más.
Estos fueron los momentos previos al tan esperado rescate.
Cuando un agente salió con el perro muy flaco atado con una correa y una oficial sacó a otros gatos en una caja, todos permanecían en absoluto silencio.
El momento en que el perrito finalmente salió con su rescatista fue realmente emocionante
Luego lo cubrieron con una manta y lo metieron en su jaula para ser transportado de inmediato a la clínica veterinaria.
Cuando partió en el auto, todos aplaudieron y hasta lágrimas de emoción corrían por las mejillas de los rescatistas, que no veían ese final.
Pero muy distinta fue su reacción para con la dueña del animal, después de que fue subida a una furgoneta bajo gritos y protegida por los policías.
«Ni agua, basura, te tienen que dar». «Enferma, no creo que sea enferma, es una vulneradora de derechos de los animales».»Ni agua, zorra», fueron algunos de los insultos que recibió.
Una historia que terminó con un final más feliz aún: una pareja se acercó interesada en adoptar a Bubby.
No te vayas sin compartir esta noticia para crear conciencia y ojalá que todos los casos de malos tratos a los animales terminaran con los desalmados pagando por su crueldad.