Japón es uno de los países asiáticos que, a pesar de sus esfuerzos disfrazados por dejar de capturar ballenas con fines comerciales, tiene una fama extendida por el poco respeto hacia los animales marinos.
En 1988, se había adherido a los acuerdos de la Comisión Ballenera Internacional (IWC), aceptando prescindir de la caza de ballenas para lucrarse de ellos. Sin embargo, ahora, 31 años después, el día de ayer ha celebrado el inicio de la caza de ballenas totalmente al descubierto. Ya que a pesar del famoso acuerdo, se sabía de la presencia de barcos japoneses que capturaban a los cetáceos con la excusa de fines científicos.
Japón llegó a cazar más de 300 ejemplares por año.
De hecho, hace un año, habían exigido una vez más a la Comisión Ballenera la autorización oficial para la caza comercial y, ante la negación recibida, las autoridades japonesas decidieron emprender la retirada de este organismo, que se hizo efectiva desde el pasado mes de enero.
Así, durante la madrugada del 1 de julio, el barco-factoria Nisshin Maru, de la empresa Kyodo Senpaku, así como otros dos barcos pesqueros zarparon del puerto japonés de Shimonoseki para empezar con la campaña de la caza anual de ballena, según reportaron los medios locales con información de la Agencia Pesquera de Japón.
En las primeras horas del lunes, varios barcos zarparon desde el puerto de Shimonoseki, en la prefectura al oeste de Yamaguchi, y desde la ciudad de Kushiro, en Hokkaido, al norte del archipiélago, al entrar en vigencia anoche la salida de Japón de la IWC.
Se ha dado a conocer que la campaña durará hasta el mes de diciembre, que abarcará un máximo de 227 capturas autorizadas, entre las que se cuentan 52 de ballenas Minke, 150 de rorcual de Bryde y 25 de rorcual común.
Ante las críticas internacionales, las autoridades defienden que «se podría continuar la práctica por otros cien años, en aguas territoriales japonesas, sin afectar su sostenibilidad, y no se capturarán ballenas en aguas del océano Antártico ni del hemisferio sur”.
También alegan que la ballena Minke tiene una población de 20.513 ejemplares; la rorcual Bryde, 34.473; y la rorcual común, 34.718 ejemplares.
Paradógicamente, en una ceremonia en Shimonoseki, el ministro de Agricultura japonés, Takamori Yoshikawa, recordó su compromiso de respetar los límites y la promesa de reverdecer la industria alimentaria.
Aunque son millones los activistas que han condenado estas repudiables prácticas, tienen un amplio apoyo popular, considerándolo como «orgullo nacional». Por tal motivo, tuvo lugar una solemne ceremonia presidida por Yoshiro Kai, presidente de la Asociación de caza de ballenas costera de Japón.
«Estoy tan conmovido, mi corazón está temblando, estoy tan feliz que se reanudará la caza comercial de ballenas», fueron sus polémicas declaraciones.
«Esto es Japón cazando ballenas», se difundió junto a un estremecedor video que refleja su poco respeto a los cetáceos.
Esperamos que las organizaciones activistas levanten la voz y las ballenas tengan sus voceros para que luchen por sus derechos. ¡Basta ya! No te vayas sin compartir esta noticia.