Un día, Ariel Heath recibió a unos invitados muy especiales en el patio trasero de su casa: se trataba de cuatro gatitos pequeños, que estaban bebiendo agua del plato de su perro. Cuando trató de acercarse a ellos, desaparecieron en segundos.
Ariel preguntó a los vecinos acerca de los gatitos y nadie los había visto nunca. Era evidente que estaban huérfanos y que deambulaban por el vecindario en busca de un poco de comida. Decidida a hacer algo por ellos, les puso un poco de comida.
Esta fue la primera vez que Ariel vio a estos singulares visitantes
Ariel no volvió a ver a los pequeñines, pero se dio cuenta de que en solo minutos toda la comida que ponía para ellos en su patio posterior, desaparecía. Pasaron los días y de pronto la familia escuchó el maullido de un pequeño en la puerta trasera.
Ariel se sorprendió, pues sus singulares invitados nunca se habían acercado tanto a la casa, así que decidió investigar. Se trataba de un gatito travieso que la familia había bautizado como “el peleador de la camada”.
El peleador de la camada estaba observando a la familia desde la puerta de la cocina
Era bastante nervioso y cada vez que alguien hacía el más mínimo movimiento para acercarse, él desaparecía en instantes. Esta vez Ariel quiso ponerlo a prueba, así que puso la comida cerca de la puerta para atraerlo, aprovechando que sus hermanos no estaban por los alrededores.
El método comenzó a dar resultado y el gatito empezó a acercarse, siempre y cuando Ariel permaneciera inmóvil. Fue un proceso largo, pero poco a poco comenzó a dar sus frutos, pues el gatito visitaba el patio cada día para comer, además de asomarse a la puerta de la cocina para observar a la familia.
Un buen día el gatito decidió dejarse acariciar
Llegó el día ansiado y el gatito confió en Ariel lo suficiente para comer de su mano y permitir que ella lo acariciara. La familia comenzó a llamarlo Billy, sin imaginar que realmente siempre se trató de una hembra.
Cuando Ariel y su familia decidieron adoptar a Billy, la llevaron al veterinario. Su salud era excelente, así que fue vacunada, esterilizada y desparasitada.
En este video puedes ver toda la historia de Billy
Poco a poco la gatita comenzó a jugar con el hijo de la familia y su cercanía se hizo cada vez más tangible, especialmente porque cada vez que él regresaba a casa de la escuela, ella le daba la bienvenida en la puerta.
Al principio Billy no se sentía muy cómoda quedándose dentro de la casa, pero poco a poco comenzó a acostumbrarse, especialmente porque el perro de la familia la recibió con mucho afecto y camaradería, hasta que ambos se hicieron buenos amigos.
El perro y Billy se hicieron muy buenos amigos
Billy aprendió a disfrutar de la vida dentro de la casa, comenzó a usar las cajas de arena e incluso comenzó a amar los tiempos de descanso con sus humanos.
Esta familia nunca esperó tener un gato, y mucho menos ser elegida por un gatito callejero, pero indiscutiblemente esta pequeña llegó para transformar sus vidas.
Ahora Billy ha cambiado por completo su vida
Si te gustó la historia de Billy y cómo ella tuvo la oportunidad de tener una vida mejor, solo compártela en tus redes sociales.