Cuando alguien alimenta a un animalito callejero, este no piensa dos veces antes de devorarse la comida. Más aún si el alimento bien de una persona generosa a la cual le ha tomado confianza.
Al menos esto sería lo natural pero una dama que se dedicaba a alimentar a Dongsuk, una gatita que vivía en condición de calle quedó sorprendida cuando sus hábitos comenzaron a cambiar.
La mujer recibía la visita de Dongsuk a la misma hora de costumbre, pero a diferencia de los demás animales que acudían al lugar por su alimento, la gata sólo observaba y no parecía estar dispuesta a recibir ningún bocadillo.
La gata se acercaba pero por alguna extraña razón no terminaba de probar bocado alguno. Hasta algún momento en que la mujer notó que Dongsuk estaba dispuesta a comer sólo si la comida venía acompañada de algún envoltorio.
La mujer no estaba segura de lo que la gata hacía con su comida, lo cierto es que decidió comenzar a darle el alimento en bolsas plásticas porque era la única manera en que quería recibirla.
De este modo, la mujer lo hizo cada día hasta que decidió descubrir qué era lo que realmente sucedía.
Dongsuk había cambiado, ya no era la humilde gata que aceptaba la desinteresadamente la comida. Cualquiera hubiese creído que el animal se había sofisticado, pero pensar esto resultaba un poco extraño o absurdo para la mujer.
La dama decidió investigar a profundidad lo que sucedía.
Por eso, dejó la comida envuelta para Dangduk y al esta tomarla simplemente comenzó a seguirla. Después de unas cuantas cuadras, la gata entró a un callejón en el que se encontraba una gatita pequeña.
Esa criaturita era la verdadera destinataria de la comida.
Dangsuk rompió la bolsa y sacó la comida para que su hijita se alimentara, la gatita era muy parecida a ella, con su mismo color de pelaje. Después que ella terminaba de comer la madre procedía a alimentarse con los restos.
Este gesto realmente enterneció a la mujer, ella podía entender perfectamente a Dangsuk en su preocupación y sentimiento materno.
Al parecer, la gata había dado a luz a cinco gatitos semanas antes pero tristemente sólo logró sobrevivir uno de la cría.
Era evidente que Dangsuk la protegería de la mejor manera, incluso a expensas de su propio alimento.
Esta historia deja al descubierto que el sentimiento materno es uno sólo y sin importar si se trata de una persona o una madre animal, ese instinto siempre está presente. Esta historia no es sólo hermosa por el bello gesto de la gata, sino por el generoso corazón de la mujer. Ella sólo se preocupó por alimentar al animalito, sino que llegó hasta el fondo del asunto para corroborar que todo estuviese bien.
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