Es muy lamentable que algunos animales sean objetos de cazadores furtivos que solo obedecen a intereses personales dentro de un mercado ilegal. Muchas son especies en peligro de extinción.
Los rinocerontes son unos de esos animales que, por desgracia son considerados un trofeo para quienes practican la horrible caza furtiva.
Para evitar que siga decreciendo la población de esta especie, defensores de los derechos de los animales han adoptado el procedimiento de envenenar sus cuernos para devaluarlos frente a la ambición de los comerciantes ilegales.
Generalmente los cuernos se venden para usarlo en la medicina tradicional china y pueden ganar por cuerno más de 50.000 dólares en el mercado negro.
Para el proceso de envenenamiento utilizan toxinas y tinte indeleble. Esto puede generar en los humanos náuseas, vómitos y convulsiones en diversos grados, dependiendo de la cantidad con la que haga contacto el hombre.
Especialistas han confirmado que este tratamiento es totalmente seguro para los rinocerontes, no tiene efectos secundarios ellos mismos ni a sus descendientes.
Esta acción tarda en completarse de 3 a 5 años que corresponde a un ciclo de crecimiento de cuerno completo. Después puede repetirse sin problemas. El costo es de 510 dólares, incluidos los equipos de tierra y los materiales.
El trabajo realizado por este Proyecto en Sudáfrica fue documentado por el fotógrafo Teagan Cunniffe, de 28 años, de Ciudad del Cabo.
«Mis fotografías muestran el proceso del tratamiento con Rhino Rescue Project and The Ant Collection, desde la ubicación el animal hasta su recuperación. Son muchos los rinocerontes que se han salvado después de someterse a este procedimiento».
Este tratamiento apareció por primera vez en el 2010, cuando Ed Hern, propietario de Rhino and Lion Reserve, cerca de Johannesburgo, declaró que planeaba inyectar los cuernos de los rinocerontes que habitaban en su reserva de caza con veneno para disuadir a los cazadores furtivos.
Fue entonces cuando la idea inicial de Ed se convirtió en el Proyecto de Rescate Rhino. Además del veneno inyectado en el cuerno, el proyecto comenzó a infundirles un tinte de color brillante.
Desde que se empezó con este proyecto desde el 2011 las estadísticas revelan que ha sido un éxito. Hasta la fecha solo el 2% de los rinocerontes que han sido tratados han perdido la vida, y esto se debe a una combinación de caza furtiva y causas naturales.
«Mi imagen favorita es la capturada por un drone donde se ven a las personas involucradas en el proceso de tratamiento de Mokolo”.
Definitivamente la imagen capturó lo que este fotógrafo amante de los animales quería, y fue que las sombras de las personas se vieran como “los guardianes sin rostro de un rinoceronte vulnerable”.
“Somos los únicos que podemos salvar a esta especie de la extinción. Es un esfuerzo proactivo contra la caza furtiva que ha tenido resultado muy buenos, y creo que todos los rinocerontes deben someterse a este proceso”.
A pesar de los resultados positivos hay declaraciones que están en contra de este tratamiento, como lo es el artículo coescrito por Sam Ferreira y Danie Pienaar de SANParks Scientific Services, el doctor Markus Hofmeyer de SANParks Veterinary Wildlife Services; y el doctor Dave Cooper, de Ezemvelo Wildlife Services, científicos y expertos veterinarios de vida silvestre de Sudáfrica.
El documento, publicado en la revista Pachyderm en julio de 2014, concluyó que no deben usar la técnica de infusión cuando se trata de la amenaza de la caza furtiva del rinoceronte.
Ellos alegaron que la principal razón contra de este tratamiento es que el tinte sólo se encontraba en los orificios de perforación y no en otra parte del cuerno por lo que significaba que el envenenamiento era ineficaz.
Sin embargo, esta es una iniciativa que se ha extendido con el tiempo cumpliendo el objetivo principal como lo es proteger la vida de estos animales.
Sin lugar a duda, nadie va a querer negociar con cuernos de rinoceronte que estén mezclados productos químicos tóxicos. No dejes de compartir esta importante información y déjanos saber qué opinas.