Un perrito fue abandonado al lado de las vías del tren y atado a ellas, con la obvia intención de que éste fuera arrollado por la locomotora. Por suerte para él, el conductor de la máquina lo vio y frenó de golpe el pesado transporte evitando así lo que habría sido una muerte dolorosa.
Dicen que el mejor amigo del hombre es el perro, y no tengo ninguna duda de eso. Lo que cada vez me genera mayores dudas, es si el hombre es el mejor amigo del perro. Y seguro que quienes amarraron a este indefenso can a las vías del tren, no sólo no eran sus amigos, sino sólo despreciables humanos jugando a ser Dios con la vida de este animal.
El perrito se encontraba aturdido y nervioso
La historia sucedió en Chile, en el trayecto entre Juan Cortés y Villa Amanecer en Llay Llay. A bordo de la poderosa máquina se encontraba Andrés Fabricio Argandoña Tapia, quien conduce trenes desde hace varios años, pero lo que observó ese día lo dejó incrédulo y con una tristeza en su alma pocas veces sentida.
El perrito no se alejaba de las vías del tren por alguna razón incomprensible
A lo lejos percibió la inconfundible silueta de un can, algo que peligrosamente ocurre de vez en cuando, pero que con un toque del poderoso silbato basta para espantar al animal y que todo no sea más que un susto.
Pero en esta oportunidad, el silbato no provocaba que el animal se apartara de las vías, por lo que Andrés no lo pensó dos veces y frenó de golpe el tren, lo que como todos sabemos, implica varios metros hasta que la locomotora logre detenerse.
Gracias a la buena vista y atención de este conductor, su compañero logró detenerse a unos pocos metros del animal, que increíblemente, no se movía del lado de las vías. La razón la descubrió Andrés cuando bajó de la locomotora para acercarse al indefenso animal: alguien lo había atado a las vías con una fuerte cadena, con el objetivo claro de matar al mejor amigo del hombre.
“¿Cómo puede haber gente tan mala, que tiene amarrado a los perritos a la vía? Ojalá que algún día la raza humana cambie”, dijo el maquinista que observaba incrédulo lo que estaba viendo.
Tras subir el video a su cuenta de Facebook, comenzaron a despertarse las voces de los internautas que aplaudían la actitud de Andrés y al mismo tiempo generaban una marcada indignación respecto de las intenciones de estos malvados anónimos que premeditadamente pensaron el injusto final de este indefenso animal.
No se tú, pero yo me siento igual de indignada que esos internautas.
Comparte esta historia con familiares y amigos e intentemos entre todos generar más conciencia sobre los malos tratos hacia los animales y evitar la impunidad de estas “personas” que se creen dueñas de las vidas de los animales.