¿Te imaginas estar durmiendo de lo más plácida una noche en tu casa y de repente escuchar ruidos extraños y encontrarte con un cocodrilo gigante en tu cocina? Parece de película, pero eso fue exactamente lo que le pasó a una mujer de 77 años en Clearwater, Florida.
Mary Wischhusen se levantó por la madrugada asustada por los sonidos que escuchaba del otro lado de la casa. Cuando bajó a ver de qué se trataba, no había ladrones, era otro intruso: ¡un cocodrilo de más de tres metros!
El caimán atrapado por la policía
Completamente desconcertada por lo que estaba viendo, decidió llamar a la policía que rápidamente se hizo presente en el lugar. Aunque por teléfono fue difícil de convencer a los oficiales de que no se trataba de una broma.
«¡No sé cómo llegó hasta aquí, pero está aquí!», dijo enérgicamente la mujer ante la incredulidad del oficial que atendía su llamada, pero su desesperación hizo que le creyeran de que había estado en el garage y algo buscaba en la cocina.
El caimán destrozó vidrios y utensilios de la cocina
Finalmente la policía llegó al lugar, mientras la mujer esperaba muerta de miedo, encerrada en su habitación, esperando el rescate.
Las cosas no fueron muy sencillas, pero finalmente consiguieron domar al animal -que destrozó la cocina de la casa- y lo arrastraron a través de una ventana para sacarlo, con la ayuda de un cazador local.
Luego encintaron su mandíbula sin hacerle daño alguno, según informaron desde la oficina del alguacil de Clearwater. Y finalmente el caimán fue dispuesto para ser llevado a una granja privada de caimanes en Fort Meade, Florida.
Esta fue la aterradora imagen con la que se encontró la mujer en su casa
La Policía calificó al animal como «violento«, ya que no sólo irrumpió rompiendo el vidrio sino que también destrozó varias botellas de vino a su paso. Según relatan los oficiales, el reptil irrumpió en la casa por la ventana de la cocina.
La mujer ofreció una entrevista a los medios y dijo sentirse “muy agradecida de que no haya venido a mi cuarto y estoy agradecida por toda la gente que me ayudó”.
El llamado de Wischhusen no había sido el primero, un repartidor de diarios había denunciado la peligrosa presencia de un caimán merodeando el vecindario.
Finalmente la anciana tuvo un final feliz porque afortunadamente no fue atacada y la policía actuó a tiempo. Además sintió la ayuda y el apoyo de sus vecinos. Estas situaciones suelen darse en Florida aunque con menos frecuencia en casas urbanas, ¡pero hay que tener cuidado!
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