Lydia Perlman recibió un regalo de cumpleaños muy especial en el año 2017, cuando sus padres le obsequiaron a un adorable pequinés al que puso por nombre Bruno. Este pequeño se convirtió inmediatamente en el consentido de la familia.
Bruno tenía 3 años y 3 meses de edad, y la familia de la joven lo adoptó cuando lo hallaron en un refugio de mascotas en la localidad de Parma, Ohio.
Carolyn, la madre de Lydia con Bruno en brazos
Lydia amaba a Bruno y él le correspondía en todo momento. Una noche, el padre de la adolescente llevó de paseo al perro como era usual. Le colocó su pechera y lo ató con su cadena y le llevó a dar su acostumbrada caminata nocturna.
Lo que el padre de Lydia no imaginaba es que esa noche ocurriría algo lamentable e inesperado. Bruno se escapó repentinamente, aún y cuando estaba bien sujeto a su pechera y a su cadena.
Bruno estuvo siete meses con la familia Perlman
La fuga de Bruno tomó por sorpresa al padre de Lydia y de inmediato trataron de buscarlo por los alrededores del vecindario. Eran las 9 de la noche y no tuvieron demasiada suerte. El perro parecía haber desaparecido.
Los Perlman pidieron ayuda a los vecinos difundiendo la noticia de la desaparición de Bruno a través de sus redes sociales, y aunque muchas personas se ofrecieron a ayudar, nadie pudo dar con el paradero del perrito.
Escapó a pesar de estar bien sujeto con su pechera
Carolyn, la madre de Lydia, se mantenía todo el tiempo angustiada, pensando que quizás a Bruno le había pasado lo peor.
A veces imaginaba que un coche lo habría atropellado, otras que quizás habría caído en las manos de personas crueles, o que pasaba hambre y frío en las calles. Pasaron los días y Lydia estuvo bastante abatida por la pérdida de Bruno.
Al comienzo se consolaron pensando que el perro podría volver a casa de un momento a otro, cuando sintiera hambre o frío, pero eso jamás sucedió.
La familia mantuvo el cartel de Bruno en la puerta de su casa por más de un año
Así fue como pasaron los meses y la familia del pekinés lo dio por perdido para siempre.
El 13 de abril, la familia Perlman recibió una curiosa llamada. Ese día se cumplía exactamente un año de la desaparición de Bruno y una persona se comunicaba con los padres de Lydia desde Florida para informarles que habían encontrado a una mascota registrada con sus datos.
Carolyn no podía creer lo que estaba escuchando. Bruno había ido a parar a Panhandle, Florida. Un vecino de la localidad había encontrado al perro vagando bajo la lluvia y decidió llevarlo a un albergue local.
Cuando escanearon su microchip se dieron cuenta de que pertenecía a los Perlman. ¡Fue una verdadera sorpresa notar que el perro estaba a más de 1.700 kilómetros de distancia de su hogar!
De inmediato, todos comenzaron a gritar de euforia, felices de saber que Bruno estaba con vida. La familia Perlman viajará pronto a Florida para reunirse de nuevo con Bruno, quien además conocerá a Jared, otro perro adoptado por la familia luego de la pérdida del pequinés.
Jared es el nuevo perro de los Perlman. Muy pronto será el compañero de Bruno.
Por fortuna para Bruno, el microchip lo llevó de vuelta con su familia. Si te sorprende esta historia, no dudes en compartirla en tus redes sociales.