Parece mentira leer noticias como estas, es una vergüenza que existan seres que se llaman “humanos” cuando de humanidad no tienen nada. ¿Qué les pasará por la mente cuando convierten a un pobre perrito en víctima de malos tratos dejándolo padecer dolor de manera innecesaria?
Estas impactantes imágenes nos muestran cómo un perrito puede llegar a estar tan descuidado que a simple vista no se puede saber cuál es su raza.
Estaba casi sin pelo y su piel era extremadamente seca.
Bobby, un West Highland Terrier, fue visto por una enfermera en una jaula sucia e infestada de pulgas debajo de las escaleras durante una visita a la casa de su dueña, Yvonne McAllister, en Wordsworth Close, Oswaldtwistle.
Esta enfermera quedó horrorizada e inmediatamente informó a las instituciones competentes sobre el mal estado en el que se encontraba el perro.
Más tarde, un oficial de la RSPCA asistió a la propiedad y dijo que era realmente él no pudo reconocer la raza de Boddy.
El fiscal de la RSPCA, Paul Ridehalgh, dijo que la piel de Bobby era como un cuero grueso y seco, sus orejas tenían el doble del tamaño normal y que sus uñas estaban tan grandes que habían comenzado a torcerse. El fiscal también dijo que, durante la visita, Bobby no levantó la cabeza, ni movió la cola, simplemente permaneció inmovil.
Paul dijo que Bobby tenía que ser llevado de emergencia porque no podía caminar y que estaba tan débil que no podía levantarse. Finalmente, la policía lo llevó al grupo veterinario de Myerscough.
El veterinario dijo que su nariz estaba muy seca y agrietada. Sus oídos no pudieron ser examinados porque estaban demasiado inflamados. Sus ojos tenían mucha mucosidad. El diagnóstico no era nada alentador.
Estaba en muy mal estado. El veterinario reveló que nunca había visto un animal en semejante condición.
Se dijo al tribunal que Bobby muy probablemente padecía una enfermedad sistémica que originó una infección bacteriana secundaria. Paul dijo que el perro había sufrido por un período de varios meses y lamentablemente tuvo que ser puesto a dormir después de la negligencia a largo plazo de su dueña.
Yvonne fue acusada de malos tratos al animal, quien se declaró culpable de causar un sufrimiento innecesario a un animal. Afirmó que había comprado un champú especial para la afección de Boddy y reconoció que no lo había llevado al veterinario porque no contaba con los recursos económicos.
También dijo que había comprado el instrumento para cortarle las uñas a boddy, pero aseguró que él no permitía que nadie se le acercara para hacerlo.
«Vivía con mi salario. No había manera de que pudiera pagar un veterinario. Siempre he tenido animales. Nada de lo que pasó lo hice a propósito. Traté de cuidarlo, pero no funcionó”.
Aunque Yvonne dijo que no podía permitirse llevar a Bobby al veterinario, no hizo nada por él.
El juez de distrito Steven Jonas dio crédito a la declaración de culpabilidad temprana de esta mujer, también consideró que no tenía antecedentes, pero advirtió que sus acciones podrían haber llevado a una sentencia de 12 semanas tras las rejas.
La corte le dio una orden comunitaria de 12 meses con 50 horas de trabajo no remunerado, con toque de queda por 3 meses, se le ordenó pagar 790 dólares y se le prohibió poseer o mantener animales durante 5 años.
Es una triste historia que, lamentablemente se repite una y otra vez. NO se puede abandonar a una mascota en su sufrimiento.
Los animales son seres que padecen y sienten. No dejes de compartir esta nota cómo una llamado a la conciencia ante tanta indiferencia por el dolor de un animal.