Chance Call es un chico ingenioso, disciplinado y un amante de los animales. Desde que era solo un niño, recuerda que al ver los anuncios en la televisión en los que se llamaba a la reflexión sobre la realidad de cientos de animales abandonados, a él se le conmovía el corazón.
Pensaba, siendo solo un niño, que en algún momento él también haría algo para mejorar la situación de estas criaturas.
Nunca imaginó que su momento le llegaría con sólo 17 años de edad.
Todo comenzó de manera casual, debía presentar un último proyecto para obtener el rango deseado después de más de tres años dentro de la institución.
Chance forma parte del programa Eagle Scout de su ciudad, una localidad ubicada en Utah.
El programa Eagle Scout exige que este proyecto sea en beneficio a la comunidad y Chance no se lo pensó dos veces: su propuesta debía estar involucrada con el bienestar de los animales.
Su primera idea fue conseguir una donación de mantas para los perros del albergue de su localidad, pero pensó que podía ir más allá.
Fue así como se le ocurrió diseñar y construir camas para los perros sin hogar. Pensó que sería más cómodo y que aliviaría la larga espera por un hogar definitivo.
Un estudio reciente demuestra que en Estados Unidos, alrededor de 6 millones de mascotas ingresan anualmente a un refugio.
Aunque la meta es brindar a todos estos animales comodidad y una estancia placentera mientras son adoptados, la verdad es que el tiempo y los recursos monetarios escasean para que este propósito se convierta en una realidad.
Es entonces cuando iniciativas como la de Chance se convierten en un aliciente.
El chico hizo toda la investigación necesaria y fue así como encontró un modelo bastante útil, económico y cómodo para diseñar una cama para tu mascota usando mantas y tubos de PVC.
Con el plan ya trazado se puso en marcha y comenzó a pedir los presupuestos necesarios y a buscar a posibles contribuyentes.
Inicialmente, Chance debía recaudar 2.500 dólares para poder tener los insumos necesarios, pero superó esta meta, alcanzando la cifra de 3.500 dólares.
Con la ayuda de algunos de sus compañeros de Eagle Scout, el chico trabajó por horas en la construcción de 150 camas, que garantizarán la comodidad de las mascotas del albergue de su ciudad.
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