Mike Flanagan es un amoroso padre de familia que un buen día decidió que era hora de darle la bienvenida a un perrito muy especial: un cachorro de rottweiler. Con tan solo mirarlo sabía que era el indicado para ellos, pero había un pequeño detalle que lo preocupaba: no estaba seguro de que fuese el animal indicado para Peggy Allen, su suegra.
“A ella le gustan todos los perros. Pero es mayor y es muy pequeña, así que a lo mejor los perros tan grandes no son la mejor opción”.
En efecto, la primera impresión de Peggy al ver a Gus ya provocaba que muchos sospecharan que no tendrían la mejor relación. Explicó a su hija que siempre había preferido los perros pequeños y que no imaginaba ser amiga de un rottweiler. Sin embargo, Mike nunca perdió las esperanzas de que todo funcionara, y esperó en silencio a que los encantos del lindo Gus se ganaran el corazón de Peggy.
“A Grammy le gusta la tranquilidad y tener su propio espacio. Parecía que no se llevarían bien, pero es sorprendente ver lo rápido que han comenzado a quererse”.
Una de las cosas favoritas de Gus, a pesar de su gran tamaño, es sentarse en las piernas de sus humanos para recibir todo tipo de mimos. Peggy no tardó en enseñarle que con ella sólo podía hacer eso una vez que ella lo invitara. Meses después, Peggy volvió a visitar a su familia esta vez por un motivo muy triste. Su esposo había perdido la vida y necesitaba unos días junto a sus seres queridos para poder reponerse.
Peggy cumplió recientemente 80 años de edad.
Gus tenía entonces 9 meses y pesaba 45 kilos, pero estaba determinado a darle a Peggy todo el amor posible para ayudarla a pasar por ese momento tan difícil.
“Gus no se separó de su lado en toda la visita. Durmió junto a su cama. La esperaba fuera del baño. Cuando la veía venir hacia él soltaba un enorme ‘AOOOOO’ de felicidad”.
Desde entonces, Peggy y Gus se convirtieron en los mejores amigos. El astuto Gus sabe dar lo mejor de sí y le da a cada miembro de la familia lo que más necesita.
“Juega con mi hijo. Se acurruca con mi hija. Ha demostrado ser la mejor medicina para la ansiedad de mi esposa. Ella se siente segura al saber que Gus está allí. Siempre está listo para darnos amor”.
Este adorable y enorme rottweiler ha sabido ganarse el corazón de todos, especialmente el de la abuela al apoyarla en uno de los momentos más difíciles de su vida.
Te invitamos a compartir la hermosa historia de amor de un rottweiler y una dulce abuela.