Momentos de terror y muerte ante sus ojos, eso es lo que tuvo que pasar esta perrita al ser lanzada en la oscuridad de la noche a las frías aguas de un pantano, con sus patas traseras atadas imposibilitándola llegar a la orilla por sus propios medios ¿cómo podría salir? Finalmente con una vida por delante, moriría…
En aquel lugar hacía lo que podía para tratar de permanecer con vida hasta que la ayuda llegó, pero… ¿cómo iba a saber si aquellas manos desconocidas que se acercaron y trataban de sujetarla serían las que querían terminar de hundirle al percatarse de que aún estaba con vida o eran las manos de un héroe que le salvaría?
El destino le tenía preparado otro final que cambiaría su vida para siempre.
Ya entrada la noche, los vecinos del sector avisaron pronto a la Policía al percatarse de que dos indigentes habían lanzado un animal al humedal Juan Amarillo, ubicado en el noroccidente de Bogotá, en Colombia.
Al llegar al lugar y ante la mirada de sus compañeros, el joven Jonny Cabuya González, de 26 años, patrullero de la Policía Nacional, inmediatamente se quitó el uniforme reglamentario lanzándose a las aguas frías y contaminadas con el único pensamiento de poder rescatar con vida a esta perrita arriesgando su seguridad.
Con valentía, no escatimó esfuerzos para estar a su lado. Pero por más que quería hacer lo mejor posible para la perrita, ella estaba tan asustada que se escabullía e intentaba morderlo como un mecanismo de defensa.
Intentó subirla usando una llanta pero no funcionó, hasta que logró sujetarla con una soga y después de 20 minutos finalmente estaba a salvo.
Así fue como esta perrita conoció a quien le salvó la vida. Cambió todo en un abrir y cerrar de ojos. Conquistó el corazón de Jonny, que la salvó, la llevó al veterinario y después de su recuperación estará lista para ir a su hogar en la estación de policías.
Aquí puedes conocer más detalles de este impactante acto de maltrato convertido en el mayor acto de amor:
La vida nos presenta con los dos extremos de la soga, unos la usaron para el mal y otros para el bien. Esta perrita conoció en un solo instante ambos extremos y de personas diferentes, justo a tiempo la valentía y la compasión accionaron el extremo correcto.
En esta historia prevaleció el bien sobre el mal y eso es un final grandioso.
No te vayas sin compartir este gran ejemplo de heroísmo y valentía por un uniformado que decidió arriesgarlo todo por una perrita que de otro modo hubiera encontrado la muerte segura. ¡Bravo, héroe!