Una persona comúnmente mira un perro o un gato como una mascota tradicional, pero no todas las personas optan por tener a las mascotas típicas, este caso es un poco diferente.
En estos últimos años se nota un gran cambio de cómo las personas buscan algo más interesante y peculiar cuando se trata de tener mascotas: mapaches, hurones, zorros y la lista sigue.
Hoy conoceremos a una chica llamada Erica Lim, que vive en Kuala Lampur y realizó la compra de su vida; sin percatarse, incubó a su propia mejor amiga: Daisy, una hermosa patita que encontró literalmente dentro de un huevo fertilizado.
El huevo precocido lo obtuvo en un restaurante en Puchong en donde es considerado un delicioso manjar, su origen se deriva del sudeste asiático siendo un alimento muy peculiar en la región. La forma prepararlo es muy peculiar, básicamente es un huevo de pato en desarrollo hervido.
Pero Erica evitó comerse los huevos y en lugar de eso prefirió incubarlos en casa, hizo lo suficiente como para lograr que Daisy eclosionara del huevo tras dos semanas.
Aunque pueda parecer extraño el interés de esta chica por criar a un pato, no deja de ser un gesto muy dulce el darle una oportunidad a la criatura de vivir.
Erica evitó el gasto innecesario en incubadoras costosas y elaboró la suya con sus propios materiales que podría encontrar en cualquier casa, su principal material de trabajo fue el poliestireno con algunas lámparas de su hogar.
Ella misma se sorprendió del resultado de su arduo trabajo al darles una oportunidad a estos huevos; al pasar las dos semanas, sus resultados fueron positivos y pudo notar un leve sonido proveniente del pequeño pico al chocar contra la cáscara.
Lamentablemente, ella sólo logró eclosionar un solo huevo, pero eso no quitó la sonrisa de su rostro; ese día Erica se sentía como una verdadera madre, le fue tomando un gran afecto a la hermosa patita desde su primer día.
Sus conocimientos fueron esenciales para criarla, ya que un pato bebé requiere de una gran atención de su madre al nacer. Buscó una fuente de calor para Daisy y lo más lógico fue usar las mismas lámparas que usó para incubar los huevos.
Con el tiempo, su amistad y confianza fue creciendo cada vez más, fue similar a como si tuviera un perro o gato por mascota, para Erica lo fue así. Pasaban la mayor parte del tiempo juntas, Daisy siempre buscando el calor su mejor amiga compartiendo muchas aventuras juntas.
En ocasiones le encantaba usar la bañera como chapoteadero teniendo juntas una aventura y, como todo ser vivo, ella fue creciendo más y más hasta llegar a ser una hermosa pata adulta.
Aunque no sea la típica mascota, estas dos amigas pasan mucho tiempo juntas y saben valorar su gran amistad.
Una sorpresa muy grata para Erica fue cuando Daisy empezó a poner huevos cada día, qué mejor forma de compartir sus huevos que con sus amigos.
Actualmente, esta hermosa amistad sigue creciendo y resultó que tener un pato como mascota puede ser muy divertido.
Siempre hay algo nuevo que contar en el día a día de esta curiosa amistad, sigue sus aventuras en su perfil de Instagram.
La realidad es que cualquier animal puede demostrar cariño y eso queda demostrado con la historia de Erica y Daisy. ¡Compártela con tus amigos!