Simone Serfontein era incapaz de imaginar que una mañana fría de octubre en 2016 marcaría su vida para siempre después de que una indefensa bebé ardilla cayera de su nido desde un árbol.
Dingetjie, como llamó después a la bebé, cayó al patio de la casa de una amiga en Sudáfrica, donde se encontraba Simone. La pequeñita lloró y lloró por su madre, pero ella nunca regresó.
Simone supo de inmediato que debía hacer algo para ayudar a la pequeña ardilla.
Inmediatamente, la llevó a su casa y se puso manos a la obra para cuidar de Dingetjie.
“Cuando la levantamos, su temperatura corporal era muy fría y obviamente estaba muy asustada. Sus ojos aún estaban cerrados… la mantuvimos agradable y cálida y finalmente dejó de gritar”.
Serfontein y su novio Christof tuvieron que aprender mucho en poco tiempo. «Realmente, no sabía nada sobre criar una ardilla bebé y tuve que investigar mucho. Tenía que levantarme varias veces por noche para alimentar a la pequeña Dingetjie. Nunca supe que criar una ardilla podría ser tan difícil».
Pero aunque estaban muy encariñados con la pequeña, sabían claramente que debían regresarla a la vida salvaje como fuera.
“Vivimos en el Parque Nacional Greater Kruger en Sudáfrica y todo es salvaje a nuestro alrededor. Hay muchos animales peligrosos a nuestro alrededor con los que puede encontrarse y necesitaba estar lista para eso”, dijo Simone.
Tras varios meses de desvelos y cuidados, llevándola al trabajo metida en su bufanda y hasta durmiendo con ella en su propia cama, Serfontein decidió que era hora de reintroducirla en la naturaleza.
Afortunadamente, Dingetjie lo hizo de maravilla y sus instintos animales funcionaron a la perfección. Enseguida la vieron pasearse con otras ardillas.
Aunque a la pareja le costó mucho la separación, no sospechaba que la historia no terminaría allí.
«Al final resultó que nunca se despegó totalmente; siempre, siempre, siempre regresó», dijo Serfontein.
En vista de que la pequeña nunca rompió el vínculo con ellos y volvía muy a menudo, Simone optó por dejarle una ventana siempre abierta para que así pudiera entrar cuando quisiera.
Y aunque Dingetjie sabe cómo hacer sus nidos en los árboles, Serfontein a menudo se despierta para encontrarla acurrucada a su lado en la cama.
«Ella sabe que esta casa es un lugar seguro y cálido», dijo.
Pero de pronto, algo en su cuerpo comenzó a llamarles la atención.
¡Estaba más regordeta por los lados!
Aunque Dingetije seguía siendo para ellos su bebé, ¡ya estaba lista para ser madre!
Hizo un nido en un cajón usando papel higiénico. Pero una noche, la pareja se dio cuenta de que algo muy triste había sucedido…
«Tuvimos que ayudarla durante el parto, ya que se quedó dormida y no tenía energía para completar el proceso. Pero lamentablemente, el bebé nació muerto», recordó Simone.
Sin embargo, un año después, Dingetjie que los seguía visitando, se volvió a quedar embarazada de nuevo.
Esta vez, Dingetjie se convirtió en madre de una pequeña saludable, y ha dejado que Serfontein esté a su lado en cada paso del camino.
“Hay tanta confianza. Ella nos permite mirar, tocar y sostener a su bebé. Nunca pensamos que se quedaría con nosotros. Pero eligió hacerlo”.
Ver a Dingetjie aprender a ser madre con su recién nacido es algo que Simone no termina de valorar y conmoverla hasta las lágrimas. Desde luego, jamás imaginó que esta madre le daría tantas alegrías.
Si bien la ardilla madre pasa la mayoría de sus días en la naturaleza, tiene claro que sus padres adoptivos siempre estarán allí para ella y para su bebé.
«Realmente creo que es imposible explicar la relación que tenemos con ella y la relación que ella tiene con nosotros. Honestamente, es la cosa más increíble que he experimentado», concluyó la afortunada mujer.
Puedes seguir las pequeñas aventuras de Dingetjie en su cuenta de Instagram.
Es grandioso todas las sorpresas que nos pueden dar estos hermosos animales. Comparte esta maravillosa historia con tus amigos.