Las calles de casi todas las ciudades están llenas de perros abandonados, que deambulan de un lugar a otro intentando sobrevivir, alimentándose con lo que pueden y formando comunidades para protegerse entre ellos. Se trata de animales muy amigables con los humanos, que son casi todos domésticos por naturaleza, y estar solos a la intemperie no es bueno para ellos. Hay muchos refugios y organizaciones a nivel mundial que apoyan a que esto disminuya, pero muchos de esos lugares están sobre-poblados.
Por eso es necesario que la comunidad intervenga y se involucre, lo ideal es adoptar a los perros abandonados y no promover más la cría de animales en cautiverio. Es comprensible que no todo el mundo pueda adoptar, pero hay otras maneras de colaborar: compartir la información, donando algo a los refugios, dando apoyo en redes sociales, entre otras cosas…
Si ya resulta difícil para aquellos perros que viven en los refugios encontrar un hogar en el que puedan llevar una vida normal, en familia, entre seres queridos, imagínense cuánto le cuesta a aquellos caninos que tienen discapacidades físicas… Hay muchas personas bondadosas que van a adoptarlos, y de verdad tienen intención de que formen parte de la familia, pero los cuidados que requieren a veces cuestan mucho dinero o tiempo que no todo el mundo tiene.
Por eso Lindsay Devers es una persona tan ejemplar y admirable. La organización Nevada Society for the Prevention of Cruelty to Animals (NSPCA) pasó mucho trabajo intentando encontrarle una familia perfecta a Bella, Bear y Tres, un trío de perritos australianos que eran mejor conocidos como los «tres ángeles ciegos» durante su estadía de un año dentro del refugio. Ellos son madre, hijo e hija, por lo que la organización puso como requerimiento para adopciones que estuviesen siempre los tres juntos, en el mismo hogar.
Hicieron lo correcto, por supuesto, pero esto suponía más dificultades al momento de encontrarles casa. Desafortunadamente, no tuvieron mucha suerte en la búsqueda… Hasta que apareció Lindsay, otro ángel más en este mundo. A penas llegó con su familia a verlos, supieron que estaba en su destino encontrarse. «Teníamos que tenerlos», comentó Lindsay. Bella, Bear y Tres se adaptaron a su nuevo hogar de inmediato, lo que seguramente fue fácil en vista de todo el amor y atención que había a su alrededor.
Sin embargo, tiempo después las cosas se complicaron para Bella, la mamá de los perritos, ya que un día despertó con un ojo hinchado, comenzó a padecer dolores insoportables… En ese momento Lindsay decidió crear una página de GoFundMe para recaudar fondos y cubrir los gastos médicos del caso. Muchas personas, inspiradas por la buena voluntad de esa familia, ayudaron y colaboraron. Se logró conseguir el dinero para la operación, en la cual los veterinarios tuvieron que removerle completamente los ojos… No volverá a sentir dolor jamás.
En este momento Bella se está recuperando, queda muy claro que la familia Devers no pudo haberlo hecho mejor, pero también esto demuestra lo que dijimos al principio: no todos pueden adoptar perros en estas condiciones, pero siempre hay maneras que la comunidad puede encontrar para colaborar en casos así.
Comparte la inspiradora historia con todos tus amigos y conocidos. Lindsay y su familia son un ejemplo a seguir.