Dos gatitos de una camada de tres lograron sobrevivir al duro destino que les esperaba, gracias al sacrificio por amor que hizo su mamita. Aunque algunas personas aleguen que ciertas especies son desprendidas con sus crías, una gata está dispuesta a enseñarnos el mejor ejemplo de maternidad.
Se trata de la mamita de estos hermosos gatitos.
A través de una conmovedora historia la felina dejó claro que para ella lo primordial es la estabilidad de sus pequeños, aunque eso implique desprenderse por completo con ellos.
En Montreal, Canadá, una familia de buen corazón se sorprendió al extremo al abrir la puerta de su casa y encontrarse con tres huerfanitos que habían sido dejados de lado por su mamá.
Los pequeñines temblaban de frío cuando los encontraron.
Al verlos allí intentando acurrucarse, solitos y desamparados, estas personas no pudieron más que tomarlos e intentar calentarlos de inmediato.
Una vez dentro de casa, la familia decidió alimentar a los pequeños con un biberón. Todos estaban encantados con la ternura de los hermanitos pero desgraciadamente uno de ellos no sobrevivió a los estragos que el clima había provocado en su cuerpo.
Muchos animalitos fallecen diariamente desamparados ante un inclemente clima.
Después de ese trago amargo todos quedaron acongojados, así que la familia comprendió que la crianza de estos gatitos no sería tan fácil como creyeron en un principio, puesto que desconocían por completo el pasado y verdadero estado de salud de cada uno de ellos.
Dada esa problemática, los samaritanos decidieron pedir ayuda Chatons Orphelins Montréal, un grupo de rescate de Montreal.
Ellos sabían muy bien cómo actuar en estos casos.
La primera vez que los rescatistas los vieron, los gatitos eran una lastimosa mezcla de piel y huesos. Tendrían solo cinco semanas y lucían de mucho menos, para todos fue inminente que necesitaban ayuda o no sobrevivirían.
Los hermanitos estaban demasiado desnutridos para enfrentarse solos a la vida.
Aunque la familia los estaba alimentando con biberón, estos gatitos tenían dificultades para absorber los nutrientes y como la comida no se mantenía en sus pequeños cuerpos, no podían ganar mucha energía.
Los hermanitos necesitaban más atención de lo que se pensaba.
Dada esa situación, la familia condujo hasta el centro de rescate y entregaron a los gatitos. Para ellos fue una dura decisión pero sabían que era lo mejor.
«La pareja de hermanos llegó a nuestro cuidado y estaban en muy mal estado. Los llamamos Maui (jengibre) y Athena (gris), comenzamos con el tratamiento y un horario de alimentación estricto las 24 horas”, dijo Celine Crom, voluntaria del centro de rescate.
En el momento del encuentro los gatitos pesaban la mitad de lo que pesaría cualquier otro gato sano a esa edad. El problema no solo era lo delgado que lucían sino su falta de fuerza, por lo que a duras penas podían mantener erguidas sus cabezas.
Maui y Athena necesitaban mucha ayuda.
De hecho, a la rescatista le asombró que los gatitos estuviesen aún vivos y no hubiesen fallecido como su hermanito, dado el cuadro de desnutrición que presentaban.
“Es asombroso que hayan llegado tan lejos. Estaban tan desnutridos, pero continuaron luchando por vivir”, dijo Celine.
Estos gatitos estaban decididos a vivir y apenas pudieron se pegaron a sus biberones como si no existiese un mañana.
Además, su madre adoptiva (la voluntaria que llevó su caso en el refugio) se dedicó a alimentarlos amorosamente y en horas puntuales.
La mujer le daba sus biberones cada 2 y después cada 3 horas.
Pasada una semana ya se empezaban a ver los cambios en estos gatitos. Sin embargo, Maui tenía más dificultades para subir de peso pero frente a eso su hermana se convirtió en su mejor cuidadora.
“Los gatitos pasaron mucho tiempo durmiendo para permitir que sus cuerpos se curaran y recuperaran fuerza. Los hermanos se pegaron el uno al otro como pegamento, y siempre estaba uno encima del otro cuando tomaban la siesta”, dijo Celine.
Después de dos semanas al cuidado de los voluntarios, Maui y Athena empezaban a lucir notoriamente más gorditos y fuertes. La rutina de biberón estaba funcionando a la perfección y los hermanos le agradecieron a su cuidadora.
“Se han encariñado con su madre adoptiva. Cada vez que entra con un biberón, se suben a su brazo para llamar su atención y lloran hasta que les sirvan la comida”, dijo Celine.
El peligro ya pasó para estos hermanitos y, aunque todavía necesitan cuidados, el sacrificio hecho por su madre les salvó la vida. Celine explicó lo saludable que Maui luce en la actualidad.
“Maui, que estaba subdesarrollado, finalmente está alcanzando su tamaño. Aún es más pequeño, pero tiene la barriga llena y mucha energía”, dijo la animalista.
Estos inseparables hermanitos, ya dejaron el biberón y están aprendiendo a comer comida sólida.
El pelirrojo es un pequeño consentido que siempre anda cazando abrazos y mimos. Mientras que Athena es una felina independiente y aventurera.
Los pequeños se aman el uno al otro.
A ambos hermanitos les gusta su nueva vida de gatitos mimados y en el refugio esperan que se recuperen completamente para iniciar la búsqueda del hogar adecuado para cada uno. Mientras esto sucede, Maui y Athena siguen siendo igual de inseparables ¡ójala que quien los adopte los quiera a ambos!
Lo que parecía un destino inevitable se pudo torcer por la inteligencia y amor de la madre que los dejó en aquella casa, y por la familia que los acogió. Recuerda que estos milagros solo son posibles con la ayuda de cada uno de nosotros.